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lunes, 17 de junio de 2013

"Jack Reacher"

Un francotirador dispara contra una serie de personas y gracias a la investigación policial es detenido. En un momento dado del interrogatorio, el delincuente dice a la policía un nombre, Jack Reacher, quien resulta ser un lobo solitario, ex policía militar, que se encargará de descubrir la veracidad de los hechos, ayudando en el proceso a la abogada defensora.
Este es, más o menos, el argumento de la película protagonizada por Tom Cruise el pasado 2012. Sin entrar a descubrir los entresijos de la trama, conforme va avanzando la el metraje llegamos a la conclusión de que nos encontramos con un producto que tiene el típico perfil de una posible saga, a imagen y semejanza de James Bond, Bourne o Misión Imposible. Un hombre solitario, con preparación especial y amplias dotes detectivescas, busca la verdad contra viento y marea, enfrentado a un grupo de malos malísimos, cuyo objetivo delictivo, tiene que investigar. ¿Os suena no? Efectivamente, el argumento está hiper-manido y resulta bastante previsible.
Pero como hemos visto en otras sagas, si la dirección es buena, juega con un guión solvente y los actores defienden la película en la pantalla, estaríamos ante un interesante producto… Pero resulta que no es el caso. La trama no termina de ser creíble, no parecen justificables los medios para lograr el fin. Las escenas de acción, que son pocas, están bien dirigidas, pero no ofrecen nada nuevo. Incluso una de las peleas de Cruise, recuerda demasiado a uno de los duelos de la película de “El último samurai”, cuando el protagonista pelea contra cinco enemigos que le rodean. Los actores realizan un trabajo mediocre, sobre todo en el papel de la abogada, Rosamund Pike resulta bastante pobre. Solo Robert Duball defiende su trabajo, en un plano secundario y muy residual, casi anecdótico. Las persecuciones de coches, están bien filmadas y los efectos de sonido son francamente buenos, y por lo que he leído las escenas con los coches las rodó personalmente Tom Cruise sin utilización de dobles.

A Jack Reacher le falta originalidad, recuerda demasiado a otras películas y Tom Cruise, aunque pretenda cambiar su perfil interpretativo, no consigue quitarse de encima cierta prepotencia a la hora de interpretar sus personajes. El resultado es una película que en momentos determinados aburre y su final te deja con la simple idea que ya la habías visto antes.