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viernes, 13 de septiembre de 2013

"La Batalla" - Patrick Rambaud


Tanto hablar de esta novela en la reseña de “Nevaba” del mismo escritor y resulta que no tiene su merecida reseña. No se merece menos, con lo que espero coincidir con los lectores en mis conclusiones sobre ella.

Viena, 1.808, las tropas de Napoleón reciben la orden de cruzar el Danubio para tomar los pueblos Aspern y Elssing, situados al norte del río, y enfrentarse al ejército austriaco situado un poco más al norte en Bisamberg. Para ello los ingenieros franceses deberán tender dos puentes para cruzar por medio de la isla Lobau y saltar a la orilla norte del Danubio para enfrentarse al Archiduque Carlos. Durante dos días y medio el ejército francés situado a lo largo de la línea formada por los pueblos de Aspern y Elssing, intentaron derrotar y romper el frente de tropas y cañones austriacos situado más al norte de los pueblos. Finalmente el empuje austriaco unido a la destrucción de los puentes por los austriacos por medio del lanzamiento de barcazas en llamas, impidiendo la llegada de los refuerzos esperados por Napoleón, hicieron que éste ordenara su retirada a la Isla Lobau y de ahí al sur del Danubio. Aunque las órdenes se llevaron a cabo de manera ordenada y bien comandada, las bajas fueron enormes y esta batalla significó la primera derrota importante bajo su mando directo del Emperador Napoleón en Europa.
Patrick Rambaud nos cuenta detalladamente en apenas 240 páginas, la preparación de la posición francesa, la batalla y la retirada. Consigue representarnos de manera casi pictórica la moral, los sentimientos, las esperanzas, el orgullo, y los pensamientos de los distintos protagonistas que reúne el libro a lo largo de la contienda. Nos presenta un cuadro de personajes muy amplio, que va desde el que luego será Stendhal, el creador de "La Cartuja de Parma" o "Negro y rojo", pasando por un coracero y un soldado de línea, hasta llegar a las figuras de los generales, mariscales y el mismísimo Napoléon.
El tratamiento de los personajes es extremadamente humano y realista, planteándonos las diferencias que existen entre unos y otros a la hora de enfrentarse a la batalla, no solo por parte de la tropa, sino también de los mandos del ejército napoleónico. Nos representa por medio de estos actores, la vanidad de los cuerpos de ejército más considerados, como son los coraceros o los granaderos de la Guardia, la simpleza y normalidad de los componentes de las tropas de línea, la camaradería de los mandos intermedios, que deambúlan entre sus generales y la soldadesca, la cercanía de algunos comandantes con su tropa y la lejanía de otros, que evitan acercarse a ella. Todo ello lo desarrolla el autor con un lenguaje simple, llano y muy cercano al lector, que se ve incapaz de despegar la vista del libro.
Por otro lado el escritor nos presenta la batalla y sus consecuencias de manera veraz, realista y en consecuencia, terrible. Conforme avanzamos en la lectura del libro, encontramos auténticas carnicerías, en un primer momento como consecuencia de las cargas de infantería y caballería, como en la defensa de los pueblos, y por otro, la sangría que se realiza con los heridos. Las amputaciones de brazos y piernas hacen que los médicos no den a basto con que han sufrido balazos, sablazos o cañonazos. Y a los que no se les puede separar el miembro herido terminan muriendo de infecciones y gangrena. Terrible espectáculo, que sufren tanto tropa como oficiales, ante el empuje de un enemigo que recibe reservas de manera continua.
Curiosamente, Napoleón ha depositado toda la confianza de su victoria en su cuerpo de ingenieros, al ordenar de manera algo atropellada la construcción de los dos puentes que cruzan la Isla Lobau. Los diferentes ataques a estos puentes, en especial al de la orilla sur, consiguen que las municiones y víveres, lleguen con cuenta gotas y definitivamente su destrucción, evitará que los refuerzos tan deseados, con los que Napoleón pretendía dar la puntilla a los austriacos, no lleguen nunca. Precisamente, el Emperador, en un momento de enfado ante esta noticia, culpará a los ingenieros de traición, como si ellos hubieran provocado la destrucción de los puentes.
Un libro que remarca la crudeza e impiedad de la guerra. En esta batalla mueren en total alrededor de 45.000 soldados entre ambos ejércitos. Una batalla que aún siendo una derrota de Napoleón, no conllevará la destrucción de los ejércitos que en poco tiempo, se volverán a cruzar en Wagram. Por otro lado la redacción es muy ágil y seductora. El libro se lee en nada, y consigue la atención del lector de manera casi hipnótica. Una estupenda lectura que te transmite en un principio la aventura de un Imperio y termina trasladándote a la miseria de la batalla encarnizada entre dos ejércitos, cuyo único impulso es destruirse mutuamente.

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