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domingo, 9 de febrero de 2014

"300" - El cómic y la película.

Entre 1997 y 1998, Frank Miller, ejerciendo de guionista y dibujante, creó uno de los comics más valorados y sorprendentes de la historia del género. De manera valiente y desarrollando una tématica no muy explorada en el mundo del cómic, como es la historia y en este caso una de las batallas más famosas de la antigüedad. Miller desarrolló un diseño, un dibujo e incluso una estética, nueva y rompedora, con la que acercó a un género masificado de super héroes, la historia de un grupo de guerreros espartanos, que bajo el mando de su rey Leónidas, peleó y falleció en las Termópilas frente las masas ingentes de persas, comandadas por el rey Jerjes, que pretendían, invadir Grecia. Por supuesto, la aproximación histórica, es sólo eso, una aproximación que sirve de excusa para crear un cómic tan realista y brutal, como podía ser la batalla en épocas arcaicas. Que no busque el aficionado a la historia, una historicidad realista, fiel a la realidad histórica, valga la redundancia. Sólo es una excusa para romper los esquemas del cómic y crear un estilo novedoso y que supone un antes y un después en el género.



Con un  estilo directo, enalteciendo el valor y la fiereza de los espartanos, logró acercar a la masa de consumidores de cómics, un momento histórico, célebre y recordado por el valor de sus protagonistas. Presenta un cómic lleno de sangre y violencia, desarrollando el espíritu, más o menos real, de un pueblo aguerrido y orgulloso de su modo de vida, que se enfrenta ante la adversidad.

 Con trazos sucios en el dibujo, tratando pocos colores, basicamente el negro, blanco y rojo, con ocres para los paisajes y fondos, Miller rompe los esquemas del cómic, no sólo por la temática, sino también por la presentación, jugando con la página apaisada, dando más realce y duración a las escenas de batalla, en las que las lanzas llenan las viñetas, inundadas de rojo sangre y el rojo de las capas de los espartanos. Una obra que no puede faltar en las estanterías de los amantes del género y de los que no lo son tanto.
En 2006, el director de cine, Zack Snyder, sorprendió a propios y extraños, con una versión cinematográfica del cómic de Miller. Con un estilo que busca parecerse lo más posible a las ilustraciones plasmadas en papel por su creador, Snyder no sólo logra trasladar a la pantalla el cómic de una manera fiel, sino que en su búsqueda de lo novedoso, logra crear una manera diferente de hacer cine, basada en las técnicas ya conocidas de la pantalla verde, pero logrando convertir el cómic en cine. El resultado sorprendió a todos, logrando crear un universo nuevo, llamativo y muy visual , basado más en la imagen, que en el guión, logrando hipnotizar con sus imágenes al espectador. 

Otra cosa es el resultado logrado por el guión. Siguiendo el cómic al 100%, exceptuando algún añadido que luego comentaré, en el comic book de Miller, el guión resulta tan fiel, que parece impostado, falso e incluso irreal. He aquí el problema de trasladar un producto que proviene del papel y de la velocidad de lectura, habitualmente consumido por un público más pendiente de las ilustraciones que de los bocadillos que le acompañan. Lo que resulta realista, directo y visual, al llevarlo a un guión de cine, no genera el mismo resultado, lo que deviene en un hándicap para la película. Además, la extensión del film, obligó a Znyder a inventarse, crear nuevos personajes y situaciones que no aparecen en el cómic, desvirtuando el original. Así sucede con la aparición en un papel principal y paralelo de la batalla de las Termópilas, con la esposa de Leónidas. Algo muy criticado no solo por los aficionados al cómic sino también por los que, basándose en los libros de historia, no reconocen la labor de esta mujer espartana en una sociedad como aquella. Lástima de su inclusión, que sólo genera sombras más que luces en una película, que plasma sorprendentemente en la pantalla lo que Miller llevó al papel. 

He aquí varios ejemplos de este gran trabajo realizado por Znyder y su equipo, que consiguieron lograr el objetivo de universalizar no sólo un cómic de gran nivel, sino también un personaje histórico, como el rey espartano Leónidas y sus trescientos valientes.