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jueves, 22 de mayo de 2014

"Godzilla"

Grande, grandísima expectativa se había creado alrededor de la nueva versión de la historia de uno de los iconos más mediáticos e inconfundibles del cine de ciencia ficción, especialmente en Japón. En los años noventa, el cine norteamericano realizó un último intento de incursión en la figura monstruosa, realizando una de las peores películas del género, no solo por el tratamiento del protagonista, sino también por la mala elección de los actores. Por todo ello, se esperaba que la nueva película, estrenada este fin de semana, contribuyera de manera positiva a la hora de trasladar a la pantalla la inmensidad de la criatura que ha obsesionado a cinéfilos y aficionados, a lo largo de los años.

Empecemos por el propio argumento de la película. La trama nos traslada a 15 años atrás, a una central nuclear en Japón. Un matrimonio compuesto de dos científicos norteamericanos, trabajan en las instalaciones, que en pocos días, están teniendo problemas con ciertos movimientos sísmicos, que terminan provocando un terrible accidente en la central. Años después, esta situación se volverá a repetir, y el personaje interpretado por Bryan Cranston, esta seguro de conocer lo que produce los movimientos sísmicos e intenta interferir en las investigaciones del gobierno japonés y norteamericano. Su hijo, interpretado por el hierático Aaron Johnson, ahora marine y desactivador de bombas, debe resolver la situación creada por la detención de su padre, y junto a el, será testigo de la aparición de ciertos seres que se alimentan de energía nuclear, que junto la figura de Godzilla, pondrán en jaque a todo el ejército norteamericano y la supervivencia del mundo conocido. Y hasta aquí pienso leer. 
Como podéis ver, la trama del guión no difiere de tantas que hemos visto hasta ahora en películas de género de la ciencia ficción, ya sea sobre la aparición de seres extraterrestres o de otro tipo de peligro para la supervivencia de la humanidad. Se repiten una serie de elementos. Científico cabezota empeñado en que el gobierno oculta un peligro terrible y lucha contra viento y marea para sacar a la luz la verdad. Hijo, generalmente militar o también científico, que ayuda a su padre y termina siendo el héroe de la cinta, sobreviviendo a situaciones extremadamente peligrosas. Por supuesto, este soldado, tiene una bella mujer y un hijo pequeño, que estarán en peligro, por lo que el marido intentará salvarlos, frente a todo lo que se le ponga por medio. El ejército de EEUU, sus mandos y su estrategia,  quedan a la altura del barro y cometen una serie interminable de errores, ante el ataque de los seres monstruosos. Es decir, Godzilla puede jactarse de mostrar al espectador, más de lo mismo, demostrando la total falta de imaginación por parte de los guionistas del actual cine de este género. 
Por supuesto que la película tiene ciertos momentos novedosos o impactantes. Sin duda, es el film que ha conseguido llevar a la pantalla la imagen más fiel y espectacular de la famosa criatura. Además, la aparición de otros seres impresionantes, crea cierta curiosidad sobre la trama y su consecución, haciendo de su última media hora lo mejor del film. Ciertas escenas, gozan de gran espectacularidad, como cuando un equipo especial del ejército se lanza sobre San Francisco desde un avión a gran altura. Pero estos detalles, son mínimos ante una película, en mi opinión excesivamente larga. Aunque dos horas en otros casos, estarían en la media normal, en Godzilla, eternizan en exceso la historia, básicamente por dos razones. La primera, es que el preludio, en mi opinión, es largo y tedioso. La segunda, es la absoluta falta de ideas nuevas en el guión, haciendo la película especialmente previsible, a excepción de algunos guiños y detalles con el que el director confía en sorprender al espectador, en mi opinión, sin conseguirlo.
En cuestión del reparto de actores, nada especialmente reseñable. Bueno sí, un detalle. Lamentable el trabajo de Ken Katanabe, que no sale de su cara de pasmado a lo largo de todo el metraje. Penoso, realmente. Ni siquiera la banda sonora ha conseguido componer un himno ligeramente patriótico o espectacular. Solamente se salva el equipo de efectos especiales, pero en estos tiempos, ni siquiera su trabajo se sitúa por encima de otras películas del género. En mi opinión, una oportunidad perdida, que sin embargo parece que ha colmado las expectativas de la productora, que ya esta preparando la secuela. Mucho tendrá que mejorar para llamar mi atención. 

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