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viernes, 9 de mayo de 2014

"La cortina rasgada"

Alfred Hitchcock en su largo periplo en el género del suspense, no podía pasar de largo sobre la situación geopolíca y de tensión que vivía el mundo en los años sesenta. La guerra fría estaba en pleno apogeo. En los primeros años de la década se levanta el Muro de Berlín y surge la crisis de los misiles de Cuba. El maestro del suspense, dirigió dos películas, en las que la situación de beligerancia entre EEUU y la Unión Soviética, son el nucleo argumental de sus tramas. Por un lado "Topaz" de 1969, situada en la Cuba de Castro. Por otro, y a la que hoy nos dedicamos "La cortina rasgada", de 1966, en la que el espionaje y la Alemania Oriental, protagonizan una película llena de tensión, mentiras y misterio.
La película nos cuenta el viaje que realizan un científico nuclear norteamericano y su ayudante a una conferencias en Copenaghe. Su acompañante y prometida, interpretada por Julie Andrews, asiste sorprendida a ciertos comportamientos en su compañero, el físico matemático, interpretado por Paul Newman, que recientemente había fracasado en la investigación de un nuevo arma nuclear. Conforme avanza la película, el camino seguido por el protagonista, lo llevará a cruzar el Muro hacia el Berlín Oriental y ofrecer sus servicios a los comunistas. Ante el desconcierto del personaje interpretado por Andrews, poco a poco se va despejando la realidad del comportamiento de Newman, lo que les llevará irremediablemente hacia una carrera de obstáculos.
Como no podía ser de otra manera, el marco de un mundo lleno de espias, en el que la carrera nuclear, que protagoniza la guerra fría entre occidente y los países satélites de moscú, es un escenario perfecto para que Hitchcock, juegue con el suspense, la tensión narrativa y los misterios con los que enfrentan nuestros protagonistas. Hay una serie de situaciones y escenas de alto nivel, que describen perfectamente la situación de peligro y riesgo que juegan los protagonistas. Por poner algunos ejemplos, la huída por Berlín del personaje de Newman, para encontrarse en una granja de Alemania con su contacto y la posterior pelea con el agente del servicio secreto, es de una maestría visual fantástica. Cómo los personajes recorren el Museo de Berlín, con las sombras y el ruido de los pasos en la soledad de las salas, es magistral. Otra no menos tensa, es la que transcurre en el autobús en el que pretenden huir los protagonistas, en la que el director juega con el factor tiempo/velocidad, y realmente pone de los nervios a cualquier aficionado al género del suspense. Por último, otra genialidad, es la escena en la que los dos científicos, intercambian fórmulas matemáticas, y en la que finalmente el norteamericano consigue sonsacar la fórmula deseada. Todas ellas, están realizadas con un tempo justo, con el que Hitchcock, juega con la paciencia del espectador y las espectativas de los protagonistas.

Respecto a los personajes, Paul Newman cumple con su actuación. Sin embargo, Julie Andrews, realiza una interpretación firme y convincente, en la que la secretaria y enamorada, se encuentra entre la desconfianza en el científico y el amor por el hombre. Como siempre, el peso de los papeles femeninos en las películas del director británico, muestran más profundidad que los masculinos. Llamar la atención, sobre la escena en la que aparece un personaje curioso, pero significativo. Nos referimos a la aparición de la duquesa polaca, que reconoce a los protagonistas en la parte final de la película y se ofrece a ayudarles a cambio de ayuda para salir del bloque oriental. Curiosa su aportación a la película, aunque sea por lo llamativo de la situación y la excentricidad del papel realizado por la actriz Lila Kedrova.
Todo ello, aúna la técnica y estilo de Hitchcock, que con una dirección exhaustiva sobre los actores, utilización de la cámara con picados imposibles y travellings magistrales, y un pulso narrativo ejemplar, nos presenta una película que nos transmite la sensación que se vivía en los años 60, en el que la guerra entre bloques y por la carrera armamentística, protagonizaba la historia de un mundo dividido en dos, en el que los espías, científicos y fugitivos, convivían, en su aspiración a sobrevivir y permanecer en el tiempo. Por cierto, que goza de una espléndida bso.

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