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miércoles, 21 de mayo de 2014

"Shameless" - Temporada 4

Esta serie norteamericana, televisada por el canal Showtime y programada por Canal + en España, versiona una serie del mismo nombre, estrenada en Inglaterra en 2004, que tiene sobre sobre sus espaldas, la nada despreciable cantidad de 11 temporadas en parrilla. Esta que hoy reseño, es la cuarta temporada de la versión americana.

Nos cuenta la supervivencia de una familia totalmente desestructurada y disfuncional, que malvive en la ciudad de Chicago. El padre de la famila, Frank Gallagher, abandonado por su mujer bipolar, es un alcohólico irremediable y altamente irresponsable. Por ello la familia se sustenta de alguna manera gracias a la hija mayor. Además, conviven en nada armoniosa armonía, tres hermanos y una hermana más, todos menores, más el último hijo afroamericano, llegado a la familia, no se sabe como. Un homosexual, un rebelde inteligente pero incapaz de aceptar la disciplina, otro más gamberro y descerebrado, así como una joven responsable pero incomprendida adolescente, forman parte del día a día de los episodios de esta extravagante, divertida y caótica serie.
De tono trágico-cómico, los capítulos nos presentan la vida desordenada y fuera de la ley de la mayoría de los componentes de la familia protagonista. El alcohol, las drogas, la violencia y el vocabulario malsonante, invaden las tramas que se van presentando a lo largo de la serie. Sin embargo y a pesar de las barbaridades y burradas que vemos en cada capítulo, la serie consigue sacar siempre una sonrisa y reflejar algún que otro mensaje soterrado, sobre la esperanza y la viabilidad de futuro de los protagonistas. Su humanidad termina resaltando, sobre el extremo sobredimensionado que los guionistas han pretendido aplicar en la serie. 
En su cuarta temporada, encontramos tramas al nivel surrealista de las precedentes. Frank Gallagher, conoce a una nueva y desconocida hija, y se encuentra especialmente enfermo, con un hígado destrozado, luchando entre la vida y la muerte; Fiona, la hija mayor, tras entrar en presidio por un corto periodo, se encuentra en libertad provisional a la búsqueda de trabajo. Lip, tras conseguir una beca para la universidad, es quien debe tomar las riendas de la familia; Ian, consigue que su novio se declare publicamente gay, pero cae en una depresión, reafirmando que ha heredado la bipolaridad de su madre. Además, la pequeña Debbie, tendrá infinidad de mal de amores, en plena adolescencia, a los que intentará sobrevivir a su manera.
Los actores cumplen brillantemente con los papeles que protagonizan, capitaneados por un magnífico, William H. Macy, Emmie Rossum y una desternillante Joan Cusak, en el papel de una amiga de la familia. Hay que reconocer que nos encontramos ante una plantel coral importante, donde cada actor cumple su función de transmitir la debacle humana de esta familia y sus amistades, que deambulan por la sociedad más deprimente de Chicago, pero que logran mantenerse unidos, contra viento y marea. Como digo, el valor añadido de los actores y actrices, al que tengo que añadir un guión cada vez más loco y salvaje, consiguen que cada temporada me asombre y abstraiga con semejante familia. Estupenda serie, pero no apta para todas las sensibilidades ni para todas las edades.