Con 355 hectáreas, de las que 128 están dedicadas al cultivo de viñedos de Pago, esta finca fue adquirida en 1988 por la familia Chivite para elaborar vinos de calidad, favoreciendo el entorno natural y realizando una producción ecológica de caldos de referencia.
Con una larga tradición en el cultivo de la viña, este Señorío tiene sus orígenes en el siglo XI. Consta de una Torre-Palacio construida en el siglo XVI, una Casona del siglo XVIII y una pequeña Iglesia de estilo neoclásico del siglo XIX. La familia Chivite, encargó al prestigioso arquitecto navarro, Rafael Moneo, construir las nuevas instalaciones de la bodega, cerrando el círculo histórico de las construcciones de este Pago tan especial.
Los vinos elaborados en la finca, aúnan tradición y modernidad. Sus famosos tintos y blancos 125 Aniversario, este último considerado el mejor blanco de España, se conjugan con vinos más modernos, como sus Finca de Villatuerta tanto de Syrah, como de Chardonnay. Pero sin duda su vino estrella es el denominado Pago de Arínzano, buque insignia de esta finca. Todo ello es ejemplo del cuidado por el hábitat natural y el buen trato a la viña y a sus caldos, que sirven de tarjeta de visita a unos vinos clásicos y a la vez que punteros. Tomen buena nota.
Además de visitar la bodega, realizamos una completísima cata bajo la dirección de José Mª Nieves Nuin, Director de Exportación de Chivite Group, al que solo me queda agradecer su recibimiento y magnífico trato a lo largo de toda nuestra estancia en Arínzano. Por cierto, las fotos, como de costumbre, son de cosecha propia.
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