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lunes, 4 de julio de 2016

"Penny Dreadful" - Temporada 3

Finalizó no solo la 3ª temporada sino también la serie en sí. "Penny Dreadful", se despide sin hacer demasiado ruido, con la conciencia tranquila de haber cumplido su expediente, pero también tengo que decir, que lo hace de capa caída. La que tras la 1ª temporada prometía ser una de las grandes series del momento, no ha logrado mantener un guión sólido y unas tramas conexas, lo que ha llevado a cancelar la serie al final de su 3ª temporada.
Lo primero y ante todo, remarcar que, sin la participación de Eva Green en el papel de Vanessa Ives, la serie no hubiera logrado alcanzar los grandes niveles de dramatización de que ha gozado en algunos de sus episodios. Su papel ha sido embriagador, profundo y dramático. La capacidad de Eva de encarnar a la presa sufrida y perseguida por la personificación del mal, hace de ella el núcleo sólido y férreo sobre el que se ha calibrado toda la serie. Cuando Vanessa Ives aparecía en pantalla todos los demás personajes quedaban oscurecidos por su personalidad. Solo uno de los protagonistas ha podido cumplir el reto de participar con solvencia en el juego interpretativo de Eva Green. En este caso, John Clare, el monstruo creado por Victor Frankenstein, interpretado por el carismático y excelente actor británico, Rory Kinnear. Su personaje solitario, sufriente pero profundo, perseguido por su destino y comprendido únicamente por Vanessa Ives, comparte con ella, en el capítulo cuarto de esta temporada un "face to face" único e irrepetible, en una visión al pasado, cargado de teatralidad, carácter y mucho feeling. Sin duda el mejor capítulo de la temporada.
Respecto a las demás tramas, poco que decir. Quizás ahondar en el personaje de Dorian Gray, encarnado por Reeve Carney. Crecido ante la desmesurada ambición de su amada, Lilly, interpretada por la poco carismática Billie Pipper, su personaje crece y se desmarca del posicionamiento feminista y asesino de su última compañera. Por lo demás, el viaje iniciático de Ethan Chadler por el viejo oeste de los EEUU, de la mano de un convincente Josh Hartnett, no termina de cuajar en la trama. Su encuentro con un viejo apache, también licántropo como él y la vuelta a Londres junto a Sir Malcom, interpretado por un soso Timothy Dalton, no tiene ni pies ni cabeza y da la impresión que los sucesos que tienen lugar en los desiertos de Arizona, carecen de todo sentido dramático y solo rellenan capítulos innecesarios. Para terminar, un personaje complejo, que no logra situarse con solidez en la serie, a pesar de comenzar su andadura en la 1ª temporada con gran fuerza. Victor Frankenstein se desvanece en su encuentro con Mr. Hyde, en unas escenas que no llevan  a ningún lugar.
En definitiva, buen momento para finiquitar una serie de tres temporadas que se ha ido desinflando, a excepción de las contundentes tramas interpretativas de unos impresionantes Eva Green y Rory Kinnear. Sus historias ante la adversidad, su tristeza. la soledad y el deambular por el mundo, junto a una excelente ambientación del Londres Victoriano, hacen del recuerdo de esta serie, perdurable a pesar de cierta debilidad de guión en las demás tramas. Un buen intento, algo irregular, pero interesante. No puedo dejar de poner los últimos magníficos minutos de la mano de John Clare recitando un tremendo poema de William Wordsworth.


Transcribo los extractos del poema recitado en este clip final de la serie:
Hubo un tiempo en que prados, bosquecillos, arroyos,
la tierra, y toda vista acostumbrada,
me parecían ser, en luz celeste
adornos, la gloria, la frescura de un sueño.
Hoy ya no es como fue,
me vuelva a donde quiera,
de día o por la noche:
las cosas que veía no puedo verlas ya...

...pero hay un Árbol, entre muchos, uno,
un cierto Campo que he mirado tanto,
y ambos me dicen de algo que se fue:
ante mis pies, la flor del pensamiento
repite un cuento siempre:
¿a dónde huyo aquel brillo visionario?
¿dónde están hoy las glorias y los sueños?